Libertad
Para el marxismo, la auténtica libertad del hombre sólo puede realizarse en el Comunismo (era posterior a la victoria del socialismo y la disolución del Estado).
En La cuestión judía, Karl Marx formula la antítesis del contraste entre la sociedad política (con igualdad formal) y la civil (con desigualdad real). La unidad es una abstracción porque en la realidad la sociedad fragmentada no tiene un interés común.
El hombre y la sociedad viven realidades escindidas, por lo que el Estado puede emanciparse, ser libre, sin que el hombre realmente se libere. El Estado, en tanto institucionalización de las relaciones sociales, es un ámbito de alienación. No hay ninguna posibilidad de que el hombre realizara su libertad en el Estado.
La burguesía realiza esta separación para legitimar: al Estado como representante de ciudadanos iguales, y a la propiedad privada (desigualdad entre los ciudadanos). La libertad en una sociedad escindida de este tipo sólo puede remitirse a la libertad formal del ámbito jurídico.
El trabajo alienado del capitalismo rompe la integración entre el hombre y la naturaleza. Solo con el trabajo libre el hombre recupera su integración con ella y consigo mismo.
La sociedad alienada se supera mediante la construcción del socialismo. Por eso