Fuerza de trabajo

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La fuerza de trabajo es una mercancía especial que produce valores de uso de cualquier tipo. El desarrollo de las relaciones monetarias mercantiles alcanza su forma más universal en el capitalismo. Todo el producto del trabajo es objeto de compra y venta incluyendo la propia fuerza de trabajo.

Introducción

La fuerza de trabajo es la capacidad para realizar trabajo útil que crea valor en forma de productos básicos. Los trabajadores venden su fuerza de trabajo a las empresas capitalistas por un sueldo o salario. Como mercancía, la fuerza de trabajo tiene un valor de cambio y valor de uso, al igual que todas las demás mercancías. Su valor de cambio es igual a la suma total de los valores de cambio de todas las materias primas necesarias para producir y reproducir la fuerza de trabajo del trabajador y de su familia. El valor de uso de la fuerza de trabajo es su capacidad de crear valor, que se imprime a los bienes producidos. Las empresas capitalistas compran la fuerza de trabajo y ponen a trabajar a los obreros como mano de obra. Sin embargo, la fuerza de trabajo es diferente a otros productos básicos en que esta no sólo aporta su propio valor a los bienes producidos, sino crea un nuevo valor.

Definición de Marx

«Entendemos por capacidad o fuerza de trabajo —expresó Marxel conjunto de las condiciones físicas y espirituales que se dan en la corporeidad, en la personalidad viviente de un hombre y que este pone en acción al producir valores de uso de cualquier clase.»

Transformación de la fuerza de trabajo en mercancía

La fuerza de trabajo presupone la habilidad del trabajador para ejecutar determinada tarea. Por ejemplo tejer, coser prendas de vestir, extraer minerales, etc.

La fuerza de trabajo en ejercicio se manifiesta como trabajo que finaliza con determinado resultado: el producto. En la producción mercantil el trabajo tiene un doble carácter. En concepto de trabajo concreto, crea valores de uso y como trabajo abstracto crea valor. Por consiguiente, la fuerza de trabajo empleada en la producción de mercancías representa la capacidad del trabajador de crear tanto valor de uso como valor.

La fuerza de trabajo se convierte en mercancía sólo en determinadas condiciones sociales. El esclavo por ejemplo no podía vender su fuerza de trabajo. El propio esclavo con su fuerza de trabajo pertenecía al esclavista. Se le podía vender como cualquier objeto, pero por otra parte el esclavo no podía disponer de su fuerza de trabajo. El campesino dependiente tampoco podía hacer esto, pues se hallaba en dependencia personal del señor feudal. Para vender su capacidad de trabajo, el hombre debe ser formalmente, jurídicamente libre. Esto le permite disponer libremente, a su antojo de su capacidad o fuerza de trabajo. Por otra parte el trabajador no ofrece su capacidad de trabajo a otra persona si posee una hacienda por muy pequeña que sea, que le proporcione el sustento de él y su familia. Tiene que existir la necesidad económica que obligue a ese hombre a ceder a otro su capacidad o fuerza de trabajo, es decir ese hombre carece de todo tipo de medios de producción, por lo que se ve obligado a vender lo único que tiene: su fuerza de trabajo y convertirse con ello en obrero asalariado.

La transformación de la fuerza de trabajo en mercancía, marcó el inicio de la época del capitalismo. «Lo que caracteriza, por tanto, la época capitalista —expresó Marx— es que la fuerza de trabajo asume, para el propio obrero, la forma de una mercancía que le pertenece, y su trabajo, por consiguiente, la forma de trabajo asalariado. Con ello se generaliza, al mismo tiempo, la forma mercantil de los productos del trabajo.»

La mercancía fuerza de trabajo manifiesta un aspecto cualitativamente nuevo en las relaciones mercantiles y monetarias. En el mercado intervienen los capitalistas, es decir, los propietarios de los medios de producción, y los obreros asalariados, que están desposeídos de estos medios, pero poseen la capacidad para trabajar. Estas personas, ajustándose a las exigencias del mercado, acuerdan contratos: el capitalista adquiere el derecho de utilizar la fuerza de trabajo y el obrero se le promete la correspondiente remuneración.

El valor de la fuerza de trabajo

La fuerza de trabajo es una cualidad del organismo humano vivo. La existencia del hombre es la premisa obligatoria de la mercancía fuerza de trabajo. Es por ello que el valor de la fuerza de trabajo se reduce al valor de los medios de existencia necesario para la vida del obrero, para la reproducción de su fuerza de trabajo. La suma de estos medios de existencia debe asegurar la normal actividad vital del obrero.

La cantidad de productos y su composición dependen de las necesidades del obrero y de su familia, necesidades que se forman en el transcurso de la historia. Estas necesidades son determinadas por una serie de factores de tipo fisiológico, histórico y moral. Las condiciones naturales de uno u otro país, ejercen sensible influencia en las necesidades de la población. Al desarrollarse las fuerzas productivas, crecen y se aumentan esas necesidades. «Esta ley de elevación de las necesidades se hizo sentir en toda su fuerza —expresó Leninen la historia de Europa; basta comparar, por ejemplo, al proletariado francés de fines del siglo XVIII con el de fines del siglo XIX, o al obrero inglés de 1840 con el actual.»

La prolongación de la jornada laboral y el incremento de la intensidad del trabajo influyen en las necesidades haciéndoles crecer. Cuanto más elevada es la intensidad del trabajo y cuanto más prolongada es la jornada laboral, mayores son las energías vitales que invierte el obrero y mayor es la cantidad de bienes materiales, ante todo de productos alimenticios, que se requieren para asegurar la vida y la capacidad de trabajo del obrero.

La familia del obrero también juega su papel. Suministra al mercado del trabajo a la joven generación que sustituye a los obreros que envejecen. Es por ello, que en el conjunto de necesidades del obrero figuran también el mantenimiento de su familia, lo que aumenta el valor de la fuerza de trabajo.

Las necesidades del obrero se hallan en estrecha interconexión con el nivel cultural del país dado. Los obreros de los países capitalistas más desarrollados no pueden pasar por alto la elevación de su nivel cultural. Los gastos para cubrir estas necesidades espirituales están comprendidos también en el valor de la fuerza de trabajo.

Las peculiaridades históricas del desarrollo de uno u otro país ejercen gran influencia en las necesidades del obrero. Las necesidades del obrero inglés se formaron cuando Inglaterra mantuvo durante mucho tiempo una situación de monopolio en los mercados exteriores y era potencia colonial. Por el contrario, la aguda y despiadada explotación por los imperialistas de las riquezas de los países coloniales hizo de la miseria un elemento "tradicional" del nivel de vida de la clase obrera de estos pueblos.

Estos son los factores principales que establecen el conjunto de acuciantes necesidades del obrero y como consecuencia, la cantidad y la composición de los medios de vida que satisfacen esas necesidades. A su vez, el valor de los medios de existencia del obrero es determinado por las inversiones de trabajo socialmente necesarios para su producción. Este valor es lo que constituye el valor de la fuerza de trabajo. La disminuir el valor de los medios de existencia necesarios disminuye el valor de la fuerza de trabajo, y viceversa, si crece su valor, aumenta también el valor de la fuerza de trabajo.

El limite inferior del valor de la fuerza de trabajo viene determinado por el valor de los medios de existencia físicamente necesarios, sin cuyo consumo no puede vivir el obrero ni mantener su capacidad de trabajo.

La mercancía fuerza de trabajo constantemente es pagada por menos de su valor. La ley de los precios en el mercado afecta con más intensidad a esta mercancía, ya que el obrero no puede depositar su mercancía en un almacén y acumularla, sino que se ve cada día obligado a venderla para no verse privado de los medios de existencia. La oferta de esta mercancía especial no puede ser aumentada o disminuida con tanta facilidad como puede hacerse con otras mercancías. El obrero siempre se encuentra en una situación de dependencia económica, por lo que, amenazado de morir en la miseria, se ve obligado a aceptar las condiciones que le ofrece el capitalista.

Valor de uso de la fuerza de trabajo

El capitalista contrata al obrero, compra su fuerza de trabajo con el fin de utilizar su valor de uso para consumirla. El consumo de la fuerza de trabajo es el propio trabajo, en cuyo proceso el obrero crea mercancías para el capitalista. El capitalista como comprador, consume la fuerza de trabajo en la producción para obtener un mayor valor que el que contiene la propia fuerza de trabajo.

La fuerza de trabajo como capacidad para trabajar se distingue del propio trabajo como aplicación de esa capacidad. La fuerza de trabajo, la capacidad es la mercancía. El trabajo vivo, que crea valor, es el proceso de consumo de la fuerza de trabajo. Y el consumo como proceso carece de valor. Tampoco tiene valor el trabajo vivo, la inversión y el consumo de la fuerza de trabajo.

Por ello, el obrero puede con su trabajo crear un valor que sea mayor que el de su fuerza de trabajo. El valor creado con el trabajo del obrero y el valor de la fuerza de trabajo son magnitudes distintas. El excedente del valor creado por el trabajo del obrero respecto al valor de su fuerza de trabajo constituye la plusvalía. La capacidad de la fuerza de trabajo de crear plusvalía es un valor de uso específica de la mercancía fuerza de trabajo.

En el mercado, el capitalista y el obrero aparecen exteriormente como propietarios de mercancías iguales: uno como comprador y el otro como vendedor. Partiendo de esto, los economistas burgueses tratan de demostrar que entre el trabajo y el capital no hay contradicciones.

Marx demostró que en la práctica, en la sociedad capitalista no hay ni puede haber igualdad y, por tanto identidad de intereses, por cuanto los medios de producción han sido monopolizados por la burguesía y los obreros están privados de ellos. Para adquirir los recursos de subsistencias, los obreros se ven obligados a vender su fuerza de trabajo a los capitalistas, creando así la posibilidad de enriquecimiento de los propietarios de los medios de producción y a cuenta de la plusvalía creada por aquellos.

Enlaces externos

Fuentes

  • C. Marx. "El Capital". T. I. secc segunda. ap 3. Pág. 129.
  • V. I. Lenin. "A propósito del llamado problema de los mercados", OC. T I. Pág 119.
  • Curso de Economía Política. Universidad de Lomonosov. Tomo I. Primera parte. Pág 212.
  • Material didáctico de ciencias sociales. Economía Política. Ed Progreso. Moscú. Pág 82.en:Labour power